Temporada de brujas
Este 20 de agosto una fotografía se robo los reflectores, las portadas nacionales e internacionales y la atención de las redes sociales. A la izquierda Andrés Manuel con su gabinete ya establecido (algo inédito) a la derecha Enrique Peña Nieto con los restos de lo que fue el gabinete que lo acompañó estos últimos seis años. Las miradas dicen todo, de un lado rostros experimentados y victoriosos, del otro el semblante pensante de quienes serán los culpables favoritos de los próximos seis años.
La transición se mira amistosa y pacífica, ambos lados se elogian y adornan con buenas voluntades, las declaraciones recientes distan mucho de lo que fue el discurso de MORENA en los últimos años, para algunos es mala señal, para otros (como su humilde escritor) es muestra de prudencia para una armoniosa transición.
Andrés buscando ser incluyente como lo hizo en esta campaña para embonar con otras corrientes. Enrique
siendo precavido, seguro de lo que viene, se sabe salvado, pero la derrota sigue amargando su boca, como el caballero caído que clama piedad; salva su pellejo, pero pierde su orgullo.
La única discrepancia fue la reforma educativa, el sello del Gobierno actual (por su urgencia) y el estandarte del entrante (por su ineficacia) EPN se mantiene, AMLO arremete, Peña esquivante evoca una diferencia de enfoque.
Elba Esther se ríe a distancia, el aún presidente parece escucharla…
Todo será paz y miel hasta que la realidad alcance a la «Esperanza de México» esto, estimado lector lo digo sin dudar de la eficacia de quienes serán los encargados de llevar las riendas de este México surrealista. La inmediatez de los resultados será la piedra angular de las críticas. Cuando las soluciones no puedan ser inmediatas (por obviedad) la única medida para mantener al pueblo tranquilo será «cortar cabezas» demostrando el poder transformador. Las primeras en caer deberán ser las de quienes sirvieron como «monumentos a la corrupción» en la campaña de Andrés Manuel, aquellos que encarnaron la llamada «Mafia del poder» como si fueran la sustancia que llena a tope el vaso del hartazgo social, perfiles demonizados que por su actos de corrupción, vida aparatosa y cinismo enardecieron el enojo social contra la clase política dominante y la derrocaron, hoy prometen sepultarla.
Deschamps y Rosario Robles los primeros; Videgaray y Meade los perdonados. Elba Esther Gordillo y Gómez Urrutia los absueltos. Han pasado muchos años desde el medievo, sin embargo el pueblo aún exige castigo.
La cacería de brujas ha iniciado…