LA CÁMARA SCHMIDT DE TONANTZINTLA: PARTEAGUAS EN LA HISTORIA DE LA ASTRONOMÍA EN MÉXICO
A pocos días de celebrar su Aniversario número 47, el Instituto Nacional de Astrofísica Óptica y Electrónica (INAOE) recuerda una parte fundamental de sus orígenes: la edificación del Observatorio Nacional de Tonantzintla y en él, la conocida Cámara Schmidt inaugurada en 1942. La Cámara Schmidt, es un telescopio capaz de capturar imágenes de gran campo, cubriendo lo que equivale a un cuadrado con lado de 10 veces la luna llena, en placas fotográficas de cristal.
El Dr. Raúl Mújica García responsable de divulgación y comunicación del INAOE, asegura que el Observatorio Astrofísico Nacional de Tonantzintla (OANTon), asume un rol histórico en la astronomía en México y que, en su momento, significó un parteaguas para los científicos de todo el mundo. Explica Mújica[K1] que en los años 50’s, los telescopios modernos en el mundo se ubicaban en el hemisferio norte y la Cámara[K2] Schmidt fue el primero en situarse más al sur, lo que permitió hacer observaciones de fragmentos del cielo que hasta el momento nunca se habían explorado con detalle.
La apertura de la Cámara Schmidt significó también una oportunidad para México no sólo en el área de la astrofísica moderna, sino en el de ciencia moderna en general, apunta Raúl Mujica. «Guillermo Haro tuvo la acertada visión de transformar el Observatorio Astrofísico Nacional de Tonantzintla en un centro de investigación, convirtiéndolo en el INAOE en 1971». Gracias a ello, explica, del instituto han salido egresado gran cantidad de científicos e investigadores, no sólo en el área de astrofísica, sino también de óptica, electrónica, ciencias computacionales, y más recientemente en ciencias y tecnologías biomédicas y ciencias del espacio.
A lo largo de la historia, según señala el Dr. Mújica, utilizando la Cámara Schmidt, se estudiaron regiones de formación estelares, descubriendo cientos de objetos como las estrellas ráfaga, estrellas T-Tauri y los objetos Herbig-Haro u objetos HH, también asociados a la formación de estrellas; también se descubrieron múltiples cuásares, cuerpos celestes que tan sólo en su núcleo brillan lo equivalente al resplandor de 100 mil millones de estrellas multiplicado por 100, es decir. El brillo equivalente a 100 galaxias como la Vía Láctea, estos objetos permiten estudiar la evolución del universo, ya que por la intensidad de la luz que irradian, pueden observarse a grandes distancias. Asimismo, se descubrió una supernova -estrella que explota al morir y brilla lo mismo que una galaxia-, estrellas Nova, y un cometa, el llamado Haro-Chavira, descubierto por Guillermo Haro y Enrique Chavira.
Afortunadamente, declara Mújica García, la Cámara Schmidt se ha ido adaptando a los avances tecnológicos; se le han cambiado sistemas de control y dotado con detectores de tecnología reciente, lo que hace que, a menos de tres años de cumplir ocho décadas de historia, este telescopio siga aportando al quehacer científico en tareas como monitorear asteroides, en la divulgación científica y en la docencia.
Desde hace varios años se dejaron de fabricar las placas de vidrio con las que se registraban las observaciones de la Cámara Schmidt y ahora es necesario trabajar con detectores electrónicos; sin embargo, gracias a los años de observación utilizando dichas placas, el INAOE cuenta con más de 15 mil placas astronómicas en su acervo histórico; por mencionar algunas, esta colección tiene imágenes en las regiones de la galaxia de Andrómeda, la nebulosa de Orión y la nebulosa Cabeza de Caballo.
Mújica García concluye afirmando que, aunque ya existen instrumentos únicos en su tipo como el GTM con capacidades extraordinarias, la Cámara Schmidt de Tonantzintla es el origen del INAOE, donde se generaron las áreas de investigación que cultiva este importante centro de investigación internacional y que, con las adaptaciones tecnológicas pertinentes, seguirá siendo un instrumento relevante para los científicos de todo el mundo.