La Absurda Ciudadanía: Un Análisis Comparativo entre la idea de Camus y la apatía ciudadana.
Por: Alexis Da Costa
En el gran panorama de la filosofía existencialista, Albert Camus se considera como uno de los exponentes más influyentes y profundos de esta corriente de pensamiento. Su obra, «El Mito de Sísifo,» plantea interrogantes cruciales sobre el sentido de la vida y la existencia humana en un universo aparentemente indiferente. Esta reflexión, profundamente filosófica, se encuentra sorprendentemente entrelazada con la realidad cotidiana de México, un país que a menudo lucha con problemas de participación ciudadana, apoyo al gobierno, cumplimiento de responsabilidades sociales y ayuda al prójimo.
México es una nación rica en cultura y diversidad, pero también enfrenta una serie de desafíos fundamentales en lo que respecta a la ciudadanía y la participación activa en la sociedad. Los mexicanos viven en un país con un gobierno democrático, pero con una ciudadanía que a menudo parece distante y apática hacia las cuestiones políticas y sociales. Esta apatía se asemeja de manera sorprendente a la absurda lucha del mito de Sísifo, condenado a empujar una piedra cuesta arriba, solo para verla caer y tener que empezar de nuevo, sin esperar recompensa alguna.
Una característica distintiva de la absurda ciudadanía en México es la apatía generalizada hacia los asuntos públicos. Muchos ciudadanos se mantienen al margen de la política, desinteresados en votar, participar en debates políticos o involucrarse en actividades cívicas. Este comportamiento refleja la sensación de Sísifo de que sus esfuerzos son en vano, ya que la piedra siempre caerá.
Camus señala en «El Mito de Sísifo» que la existencia humana es intrínsecamente absurda, ya que buscamos un sentido en un universo que parece indiferente. En México, muchos ciudadanos se sienten igualmente impotentes frente a la corrupción y la ineficiencia gubernamental. Esta impotencia puede llevar a la apatía y al desapego, ya que los ciudadanos perciben que sus esfuerzos no producirán un cambio significativo.
Otro aspecto crucial de la absurda ciudadanía en México es la falta de apoyo a los gobiernos y la falta de participación activa en la toma de decisiones políticas. A menudo, los ciudadanos se quejan de los problemas, pero rara vez se involucran en la solución de los mismos. Esta actitud se asemeja al constante esfuerzo de Sísifo por empujar la piedra, pero nunca avanzar hacia una solución definitiva.
Camus plantea la pregunta fundamental de por qué Sísifo sigue empujando la piedra a pesar de la aparente inutilidadde su tarea. Del mismo modo, en México, muchos ciudadanos continúan quejándose de la corrupción y la ineficiencia gubernamental, pero rara vez toman medidas concretas para cambiar la situación. La respuesta, según Camus, radica en la rebelión contra el absurdo, en encontrar significado y satisfacción en el propio esfuerzo, incluso en ausencia de un resultado final positivo.
Una de las paradojas más notables de la absurda ciudadanía en México es que, aunque los ciudadanos pueden cumplir con las leyes y evitar cometer delitos, a menudo descuidan su responsabilidad social y su compromiso con la comunidad. Esta actitud refleja la idea de que, al no romper la ley, están cumpliendo con su deber como ciudadanos, sin considerar la importancia de ayudar al prójimo o contribuir al bienestar común.
Camus argumenta que la verdadera rebelión contra el absurdo implica la creación de significado a través de la solidaridad y la acción ética. En México, esto se traduce en la necesidad de que los ciudadanos reconozcan que su deber va más allá de la mera conformidad con las leyes. Implica el compromiso activo con la construcción de una sociedad más justa y equitativa.
Para abordar la absurda ciudadanía en México y transformarla en una ciudadanía comprometida y activa, es esencial reconocer el poder de las pequeñas acciones cotidianas. Estas acciones pueden tener un impacto significativo en la sociedad y pueden llevar a mejoras concretas.
Un ejemplo claro es el problema de la basura. Cuando los ciudadanos optan por no arrojar basura en la vía pública y participan en la separación adecuada de los desechos, contribuyen a mantener limpio el entorno urbano y evitan que las coladeras se obstruyan. Esto puede parecer una acción insignificante, pero en conjunto, el efecto puede ser considerable. Además, al reducir la necesidad de pepenadores de romper bolsas de basura en busca de material reciclable, se mejora la vida de estos trabajadores.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos individuales y colectivos para mejorar la sociedad, a menudo nos enfrentamos a la frustración y la sensación de que nuestros esfuerzos son en vano. Esta sensación puede asemejarse a la experiencia de Sísifo cuando su piedra cae una y otra vez, sin respuesta del universo. Camus nos recuerda que el universo es indiferente a nuestras luchas y nuestros logros, y que encontrar un sentido en esta indiferencia es un desafío existencial fundamental.
Camus también nos insta a la rebelión contra el absurdo. Esto implica encontrar significado y satisfacción en el esfuerzo mismo, incluso cuando los resultados no son garantizados. En el contexto de México, esto significa que los ciudadanos deben comprometerse activamente en la lucha por un país mejor, a pesar de las dificultades y la incertidumbre.
La clave está en cambiar la mentalidad, pasar de una ciudadanía indiferente a una ciudadanía comprometida. En lugar de esperar una respuesta del universo o del gobierno, los ciudadanos deben asumir la responsabilidad de sus propias acciones y de la sociedad en su conjunto. Esto implica no solo cumplir con las leyes, sino también actuar éticamente, participar en la comunidad y ayudar al prójimo.
La absurda ciudadanía puede transformarse en una ciudadanía comprometida y activa cuando los individuos y la sociedad en su conjunto eligen la rebelión contra el absurdo y abrazan la responsabilidad social y la solidaridad como parte integral de su existencia. Solo entonces podremos encontrar significado y satisfacción en nuestros esfuerzos, incluso en medio de la indiferencia cósmica, y avanzar hacia un México más justo y equitativo.