Elecciones 2024 y Liga MX: Los Repechajes Políticos.
Por: Alexis Da Costa
En nuestro país, los aficionados al fútbol saben que la Liguilla de la Liga MX es un momento emocionante, lleno de giros inesperados y oportunidades para equipos que parecían estar en desventaja. Antes de la verdadera batalla por el campeonato, se lleva a cabo el repechaje, donde algunos equipos pueden avanzar, incluso cuando estaban luchando en la parte baja de la tabla. Sorprendentemente, podemos encontrar similitudes entre el repechaje y el escenario político previo a las elecciones de 2024.
El repechaje de la Liga MX se desarrolla en dos series a ida y vuelta: el séptimo se enfrenta al octavo, y el noveno se cruza con el décimo de la tabla general. Esta fórmula ofrece a los equipos que no lograron clasificar de manera directa una segunda oportunidad. Del mismo modo, en las elecciones municipales que se avecinan, se están configurando escenarios que recuerdan a las emociones de un repechaje futbolístico.
Imaginemos a un aspirante a una presidencia municipal que parece no tener oportunidades en su partido político actual. Sin embargo, existe una posibilidad: si otro aspirante del mismo partido obtiene la candidatura para la gubernatura del estado, el primer aspirante podría considerar cambiar de partido. Esto no solo debilitaría o fortalecería al candidato municipal de la oposición, sino que también podría abrir la puerta a nuevas posibilidades de victoria.
Estos escenarios están tomando forma en la mayoría de los municipios donde se celebrarán elecciones. La fecha clave es el 10 de noviembre, cuando se anunciarán los candidatos de Morena en nueve estados. Esta decisión influirá en la configuración política en diversos niveles. Aspirantes municipales afines a los candidatos estatales de Morena tendrán un impulso, mientras que aquellos vinculados a aspirantes que no obtengan la candidatura estatal enfrentarán dificultades adicionales para asegurar su propia candidatura.
La similitud con la Liguilla del fútbol mexicano es clara: algunos candidatos dependen de las decisiones de otros para avanzar en la competición política. Al igual que en el deporte, esperan a que ciertos factores se alineen a su favor. Esta dinámica política puede generar cambios drásticos en las perspectivas de los candidatos y en la distribución del poder.
Irónicamente las posibilidades de muchos aspirantes están ajenas a sus propias decisiones, como “La Franja” en la actualidad, deben ganar el partido, pero que pierdan otros equipos y que le metan más de 3 goles al otro equipo para alcanzar el repechaje.
Un punto importante a destacar es que, al igual que en el fútbol, no todos los aspirantes pueden salir victoriosos. Los candidatos que vean sus oportunidades mermadas podrían optar por cambiar de partido, lo que a su vez podría afectar las posibilidades de los candidatos de otros partidos, como Movimiento Ciudadano o la coalición «PRI-PAN-PRD». El efecto dominó de estos cambios puede influir significativamente en la carrera electoral, al igual que los resultados inesperados en un repechaje futbolístico.
Este escenario plantea cuestiones intrigantes.
¿Es saludable para la democracia que las decisiones políticas estén tan interconectadas?
¿Deberíamos preocuparnos por la estabilidad política cuando las estrategias de los candidatos pueden cambiar tan drásticamente a último momento?
Estamos a unos días de presenciar el inicio de uno de los procesos electorales más interesantes de la época actual, hecho que sin duda marcará un parteaguas en la forma en que se elegirán a candidatos y candidatas en el futuro.
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