Brigada de la esperanza
Por: Alexis Da Costa
Hasta hace unos meses, siendo sincero, no conocía la labor de un brigadista de tiempo completo, tan solo había visto de cerca la labor de las clásicas brigadas de campaña electoral.
Grupos de personas que salen en compañía del candidato, reparten flyers y echan porras. No es malo, es lo normal.
Había visto a personas con un chaleco de MORENA, gorra y gafete repartiendo un periódico, el regeneración.
Nunca le tome importancia a esta actividad.
—Brigadistas de candidato —pensaba.
Hasta que los conocí.
Conocí a grandes hombres y mujeres que en la sierra, en la ultima casa, a veces lejos de su familia, pero con toda la convicción entregaban el mensaje de esperanza.
Me quede sorprendido.
No acompañan a candidatos, ni trabajan solamente en campaña, eso es lo distinto.
Llevan un mensaje en especifico, los logros y la ideología de la Cuarta Transformación.
Si, entregan un periódico, pero antes lo leen, lo estudian y sienten lo que se escribe en él.
Son hombres y mujeres comprometidos que caminan bajo el sol, bajo la lluvia, desde temprano hasta que anochece, llevando un mensaje.
Cómo se hacía hace muchos años, usando la mejor comunicación que hay, de boca en boca, de conciencia a conciencia e incluso de corazón a corazón.
No importa la filiación política que tengas, cualquier persona que vea su labor queda impactada.
Aquí es en donde entiendes por qué el efecto tan grande que consiguió el obradorismo, cómo replico su mensaje hasta las zonas más recónditas del país, fueron ellos y ellas, las llamadas brigadas de la esperanza, que en la sierra y en la ciudad caminan y caminan llevando un mensaje.
Al platicar con estas personas sobre anécdotas pasadas, te llevas una gran enseñanza.
Años y años de caminar, recibiendo insultos y azotones de puerta en algunas ocasiones, a veces comiendo una tortilla con salsa solamente.
—¿Y ustedes qué regalan? —Les preguntaba la gente acostumbrada a la playera, la sombrilla o la gorra campañera.
—Regalamos amor y esperanza —contestaban.
Puede sonar cómico, gracioso e irreal incluso, hasta que observas la reacción de la gente, ahí la perspectiva cambia.
En un país tan herido, con un gran hartazgo por la clase política, llegan mujeres y hombres hasta la puerta de tu casa, que no promocionan a algún candidato o candidata, pero te hablan de un proyecto de nación, de transformación y de esperanza.
Por eso, si ves a uno de estos brigadistas, o incluso a los de algún otro partido político, no los insultes, son hombres y mujeres comprometidos con su ideología, que están trabajando por lo que sienten y sacrifican tiempo y esfuerzo por sus ideales.
Pocos pueden decir que alguna vez lo han hecho…